En un concurso de lista corta, la Alianza Francesa de Cuenca convoca a arquitectos jóvenes de la ciudad a lanzar ideas acerca de una urgente y necesaria renovación-ampliación de su edificio institucional con un presupuesto reducido. El proceso constructivo debía realizarse en apenas 4 meses. Al no tener los fondos suficientes, la ejecución sólo fue posible gracias a la donación de materiales de construcción de diferentes empresas que “apadrinaron” la obra como un proyecto piloto de readecuación. El edificio existente se conservó en un 40% y se tuvieron que realizar verdaderas proezas constructivas para conseguir reorganizar y reprogramar las necesidades físicas de la institución. El nuevo edificio, transformado a un lenguaje contemporáneo y urbano, refleja en sus vidrios rojos la silueta de la ciudad histórica, y nos demuestra que todo resulta posible si arquitectos y promotores luchan por un bien común…

(proyecto en co-participación con SurrealEstudio)