Emplazada en una colina empinada, esta casa trata de aprovechar a su favor ciertas limitantes topográficas y envolver de forma continua dicha silueta con una superficie blanca que define la casa. Además, las visuales se abren hacia las esquinas para aprovechar el extraordinario paisaje montañoso circundante, que se enmarca desde el interior de la casa en puntos estratégicos.